El rey de la comedia

El lado sensato de la locura.

Por: Viviana Benfenati.

The King of Comedy, http://www.ourgoldenage.com.au

El primer paso para resolver nuestros problemas es reírnos de ellos. Estrenada en el año 1982, esta película dramática, cargada de humor negro satírico, cuenta la historia de un hombre aparentemente insensato, obsesionado con el mayor sueño de su vida, quien está dispuesto a hacer todo lo posible para volverlo realidad.

La historia nos da la bienvenida al mundo de Rupert Pupkin, un aspirante a comediante que ha logrado fama internacional en un lugar no más grande que su mente, en un escenario que es tan ancho como el sótano de su madre, y que todas las noches hace reverencias ante el sonido de un aplauso provocado por su salvaje imaginación. ¿Podría Rupert ser la metáfora perfecta de la sociedad moderna y la incansable lucha de las personas que forman parte de ella?

Esta película tiene interpretaciones tan profundas como la imaginación, y el personaje de Rupert es tan misterioso como la receta del verdadero éxito en la vida. La trama te irá llevando por sus múltiples niveles de comprensión. Una cosa es lo que ves, y otra cosa es lo que escuchas, pues en esta película todo habla, especialmente aquellos mensajes que no se cuentan con diálogo. Eso que juzgamos automáticamente como "una locura", ¿es realmente así?

La película nos sumerge en diversos temas, cada uno de ellos tan agridulce como la realidad misma. Esta es una historia sobre la persona con aspiraciones, los sueños que nunca se harán realidad, las oportunidades que nunca se otorgarán o las que requieren medidas drásticas. ¿Cuántos de nosotros seguimos soñando con un futuro que nunca se materializará a menos que estemos dispuestos a hacer un esfuerzo adicional? Cuántas personas siguen apostando por medidas que, por prometedoras que parezcan, nunca las llevarán a donde realmente quieren estar. Es decir, ¿sabemos siquiera en qué consiste realmente esta milla extra?

Rupert Pupkin lo sabe, pues él obtuvo lo que siempre quiso. Al final, llegó a ser un comediante de renombre mundial. ¿Necesitaba cometer un delito por ello? No, claro, eso se descartaría como una locura. Pero ¿había realmente una alternativa? Si es así, ¿cuál?

Parece que las letras pequeñas en su boleto hacia el mundo del espectáculo indicaban que era necesario secuestrar al presentador de su programa favorito para ocupar su lugar. Sí, fue señalado como un tipo completamente irracional, recibió una sentencia de prisión de seis años, pero no hubo libro más esperado que su autobiografía después de eso. Y al salir de la cárcel, su propia audiencia lo esperaba con tanto o más entusiasmo que su mamá.

El lado oscuro de la imaginación puede ser el más poderoso, especialmente cuando abre límites. ¿Hasta dónde puede llevar una mente intrépida a un ser humano desesperado?

Ciertamente, el propósito de esta película (o de esta reseña) no es animarnos a subir al mismo tren mental del pobre Rupert, sino llevarnos a una perspectiva más amplia de comprensión. Esta historia es, de hecho, la metáfora de la sociedad moderna; una que favorece generosamente a algunos a expensas de muchos otros. Mucha gente se queda sin nada más que la engañosa ilusión de esperanza en asuntos mucho más serios que la sed de fama de un comediante frustrado.

Cuántas personas viven todos los días jalando la soga entre una situación desesperada que no pueden controlar y las alternativas que traicionan sus valores personales. Robar, por ejemplo, está mal visto, por supuesto, pero -y estoy apelando a una mente realmente abierta aquí- ¿hasta qué punto podemos juzgar realmente a una persona que roba? ¿Se les dieron las mismas oportunidades que a nosotros? ¿Sabemos cuántas veces y a través de cuántos medios intentaron salir del agujero? ¿Cuántas veces habrán visto la puerta del fracaso cerrarse frente a sus narices, encerrándolos de nuevo en la habitación de la decepción y la desesperación?

En el viaje por el mundo del simbolismo, Rupert representa a la clase pujante; esa clase luchadora que con cada amanecer se levanta a intentar de nuevo. Jerry Langford es la sociedad y la gente de poder (empezando por los políticos) que animan falsamente a “los Ruperts” mientras se ríen a sus espaldas, porque saben que nunca lograrán lo que realmente quieren, ni ellos cumplirán lo que tanto les prometieron. Toda una clase social que es objeto de burla todos los días. El lado divertido de la tragedia.

Aparte de esta interpretación tan reflexiva como real, la película es una joya en cuanto a actuación y a su ingenioso guión. El rey de la comedia no solo es un ícono en la historia del cine, sino una película que fomenta interminables temas de discusión y análisis, todos sin fecha de caducidad, inmunes al paso del tiempo, pues siguen siendo relevantes hoy y seguirán siéndolo mañana.

¿Y tú qué piensas? ¿Es realmente "mejor ser rey por una noche que un idiota toda la vida"?


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